Protección Auditiva

Introducción:

A lo largo de nuestras vidas, existen numerosas situaciones en las cuales estamos expuestos al ruido.

Mayormente, el trabajo representa la situación más peligrosa gracias a las máquinas y equipos ruidosos existentes y el largo tiempo que pasamos bajo estas condiciones.

Estas exposiciones a las que nos enfrentamos, son las que nos llevan con el tiempo, a perder la sensibilidad de la audición y a sentir la necesidad de aumentar el volumen de la TV, o de pedirle a los amigos que repitan o hablen más alto ya que no entendemos lo que nos están diciendo.

Conociendo el Riesgo:

  • Sonido: es una vibración que se propaga en el aire en forma de ondas y que es percibida por el oído humano. Es una sensación agradable y soportable que no incomoda. Puede ser más o menos peligroso dependiendo de su frecuencia e intensidad.
  • Ruido: cualquier sonido no deseable que causa una sensación desagradable y molesta y puede resultar perjudicial a la salud.
  • Frecuencia: la frecuencia sonora medida en Hertz (Hz), es la cantidad de ondas de un sonido propagado en el tiempo de 1 segundo. Los sonidos de baja frecuencia son llamados graves y los de alta frecuencia, sonidos agudos. Nuestro oído es más sensible en determinadas frecuencias que en otras.
  • Intensidad: la intensidad sonora medida en decibeles (dB), es la fuerza o presión que el sonido ejerce en nuestros oídos. Es conocido como altura o volumen. Un lugar tranquilo tiene sonidos de baja intensidad, mientras que una máquina ruidosa tiene alta intensidad.

Cuando la intensidad alcanza valores altos, el sonido se transforma en un riesgo para el trabajador poniendo en peligro su audición.

Factores que influyen a riesgos:

  1. Tiempo de exposición: mientras mayor este tiempo, mayor es el riesgo.
  2. Tipo de Ruido: continuo (sin parar), intermitente (de vez en cuando) o de impacto (ocurre de repente)
  3. Lesiones al oído: causados por problemas anteriores en el oído (infecciones e inflamaciones). O también, causados por un trauma acústico debido a la exposición a ruidos altamente excesivos (explosión).
  4. Sensibilidad individual: varía de acuerdo con la edad y con la resistencia del organismo de cada persona.
  5. Distancia de la fuente ruidosa: mientras más cerca, mayor es el riesgo.
  6. Intensidad: mientras mayor es la intensidad, maor es el riesgo para el trabajador.

Límites máximos permitidos

Tiempo de exposición para ruidos continuos o intermitentes.

Nivel de ruido dB (A)

Máxima exposición diaria permitida

85

8 h

86

7 h

87

6 h

88

5 h

89

4,5 h

90

4 h

91

3,5 h

92

3 h

93

2,40 h

94

2,14 h

95

2 h

96

1,45 h

98

1,15 h

100

1 h

102

45 min

104

35 min

105

30 min

106

25 min

108

20 min

110

15 min

112

10 min

114

8 min

115

7 min

A partir de 85 dB (A), para una exposición continua de 8 horas al día, el ruido es más perjudicial todavía. En estas situaciones, es obligatorio el uso de protección auditiva.

Efectos del ruido en la salud

  • Efectos en el trabajo:
    • Problemas en la comunicación.
    • Baja concentración.
    • incomodidad y cansancio.
    •  
    • Bajo rendimiento.
    •  
  • Efectos en el organismo:
    •  
    • Zumbidos en los oídos.
    • Estrechamiento de los vasos sanguíneos y aumento de la presión sanguínea.
    • Contracción de los músculos.
    • Ansiedad y tensión.

Efectos a la audición:

La pérdida de la audición puede ocurrir por la exposición a distintas formas de ruido:

  • Trauma acústico: pérdida auditiva repentina causada por ruidos de impacto como explosiones.
  • Pérdida auditiva temporaria ocurre después de la exposición a un ruido intenso, aunque sea por poco tiempo. La audición vuelve a lo normal después de algún tiempo lejos del ruido. Ej: discotecas y equipos de música.
  • Pérdida auditiva permanente: se produce por la exposición repetida durante largos períodos, a ruidos de alta intensidad. Es irreversible, pues destruye células auditivas. Ej: trabajo en ambiente ruidoso con niveles de exposición por encima de 85 dB (A).

Señales de pérdida auditiva:

  • Zumbidos o sonidos extraños en el oído. Son notados, generalmente, después del período de trabajo, en ambientes silenciosos o al dormir.
  • Incapacidad de oír sonidos bajos o de alta frecuencia.
  • Dificultad para escuchar y entender una conversación especialmente en ambientes con varias personas hablando, o hablar por teléfono.
  • Los sonidos son recibidos de forma amortiguada.

El gran problema del ruido es que sus efectos no son inmediatos. Es decir, la pérdida de la audición ocurre lentamente y va aumentando con el pasar del tiempo. Cuando la persona se da cuenta, no existe remedio o tratamiento pues la situación es irreversible.

Evaluando la audición

Para evitar que nuestra audición sea afectada por el ruido, debemos realizar regularmente el examen audiométrico con el fin de conocer y controlar las posibles pérdidas.

Este examen es realizado dentro de una cabina acústica utilizando un aparato llamado audiómetro, el cual emite sonidos en diversas frecuencias e intensidades a los audífonos utilizados por la persona bajo prueba. Al oír los sonidos esta persona debe señalizar al operador.

Concluído el examen, se obtiene un gráfico llamado audiograma que será comparado con valores patrones de una audición normal.

Para las personas que trabajan en áreas ruidosas, se recomienda el examen audiométrico una vez por año y dependiendo de la actividad y local de trabajo este plazo puede ser menor. Diríjase al departamento médico de su empresa para mayores informaciones.

 

Cómo protegerse del ruido

Una de las maneras de protegerse de los efectos del ruido es la utilización de protectores auditivos. Y cómo identificar un buen protector auditivo?

El uso del protector auditivo adecuado depende del tipo de ruido y de las condiciones de trabajo, por lo  tanto debe ser identificado por el responsable del área de Seguridad del Trabajo de su empresa.

Un punto muy importante es el tiempo de uso del Equipo de Protección Personal (EPP) por el trabajador.

Mientras más cómodo y práctico para usar, mejor será la protección. Al escoger un protector auditivo debemos considerar los siguientes criterios:

  • Ajuste: el protector debe tener un buen ajuste tapando bien la entrada del ruido en el oído.
  • Eficiencia: debe proporcionar el nivel de atenuación necesario para la situación de riesgo encontrada. Un protector auditivo puede tener alta o baja atenuación y ser de la misma manera eficiente dependiendo del nivel de ruido en el ambiente.
  • Comodidad: como el usuario debe usar el protector todo el tiempo en que esté expuesto al ruido, es importante que el protector sea liviano, cómodo durante el uso, sin herir el oído.
  • De fácil utilización: debe ser práctico y simple de usar.
  • Compatible con otros EPP´s: debe permitir el uso de otros equipos de seguridad como casco, anteojos, respiradores, etc.

Cuidados y precauciones:

  1. No maneje el protector con las manos sucias.
  2. Úselo durante todo el período de exposición al ruido evitando al máximo el retirarlos.
  3. Después de usarlo, guarde el protector en una caja o bolsa plástica para conservarlo en buen estado de uso.
  4. No se recomienda lavar los protectores de espuma autoexpandible. Para los modelos de inserción reutilizables, recomendamos lavarlos con agua y jabón neutro. Los protectores tipo copa deben ser limpiados con un paño húmedo y jabón neutro frecuentemente.

Cuando el protector de espuma autoexpandible está sucio, cámbielo por uno nuevo